El cáncer de testículo es un crecimiento rápido y descontrolado de las células que residen en el interior del testículo (células germinales). Las células tumorales se diseminarán en un primer momento a las estructuras vecinas del testículo (cordón espermático y cubiertas del testículo) y en un segundo tiempo pasarán a los ganglios linfáticos del abdomen. La invasión de las estructuras vecinas y las características propias e innatas de las células del tumor son las que marcarán el pronóstico de la enfermedad en cada paciente.
El síntoma principal es el aumento del tamaño del testículo sin dolor aparente. El dolor lumbar es una forma de debut menos frecuente que, al no relacionarse directamente con enfermedad testicular, produce diagnósticos tardíos
Una ecografía testicular, un análisis de sangre especial (marcadores testiculares) y un TAC son necesarios para diagnosticar correctamente el cáncer de testículo.
El tratamiento de elección del cáncer de testículo es la cirugía. Con ella conocemos la naturaleza del tumor y sus factores pronósticos o de agresividad.
La presencia de un testículo no descendido (criptorquidia), la infertilidad y haber sufrido previamente cáncer testicular en el otro testículo son factores que aumentan la incidencia del cáncer testicular.
La extirpación quirúrgica del testículo enfermo es obligatoria. Cuando existe afectación de ganglios linfáticos o del pulmón la quimioterapia también suele ser necesaria.
Al igual que en el cáncer de mama, la mejor manera de prevenir el cáncer de testículo es la autoexploración.
El cáncer de testículo es el cáncer más frecuente en los varones entre los 15 y 35 años de edad.
Aproximadamente la mitad de los tumores testiculares son del tipo seminoma, variedad que suele aparecer entre los 25 y 45 años, con una incidencia máxima a los 35 años.
Una ecografía testicular y la medición en sangre de la alfafetoproteina (AFP) y de la cadena beta de la hormona gonadotrofina coriónica (B-HCG) son suficientes para confirmar la presencia de un tumor, sospechado por la palpación clínica, en más de un 90% de ocasiones.
La primera maniobra terapéutica universal para todos los tumores testiculares es la realización de una orquiectomía vía inguinal (extirpación testicular). El tratamiento posterior depende de los hallazgos microscópicos, del estadio del tumor y de los factores pronóstico presentes en cada caso. En caso de ser necesario, el tratamiento posterior se basa en ciclos de quimioterapia sistémica.
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