El cáncer de riñón es un tumor maligno que supone la extensión incontrolada de células cancerígenas en los túbulos renales. Es un trastorno que afecta, sobre todo, a personas adultas de más de 50 años y, con mayor frecuencia, a los hombres.
Algunas formas de estos tumores son hereditarias y un buen consejo genético es muy valioso.
Los principales síntomas del cáncer renal son la hematuria (expulsión de sangre por la orina) y el dolor lumbar.
Sin embargo, actualmente la mayor parte de ellos son diagnosticados incidentalmente mediante ecografía o TAC realizadas por otro motivo de consulta diferente.
No es rara la aparición de alteraciones en el calcio de la sangre, fiebre, hipertensión arterial o elevación de las enzimas hepáticas. La presencia de fatiga o dolores óseos suele ser signo de metástasis a distancia.
Las causas del cáncer de células renales, no están claras, pero existen varios factores de riesgo.
Reducir los factores de riesgo que se citan en el siguiente bloque puede ayudar a prevenirlo.
La extirpación quirúrgica del tumor o del riñón en su totalidad es el tratamiento de elección.
Cuando se detecta metástasis deben realizarse otros tratamientos específicos para frenar la extensión.
Los factores de riesgo más frecuentes que influyen a la hora de desarrollar un cáncer de riñón son:
Reducir algunos factores de riesgo puede ayudar a prevenir el cáncer de riñón, como:
Se trata de un cáncer que, detectado a tiempo puede curarse, ya que gracias a que el ser humano puede vivir con un solo riñón, se puede proceder a la extirpación del órgano maligno para detener el tumor. Pero, cuando se detecta metástasis (propagación del tumor a otros órganos) deben realizarse otros tratamientos específicos para frenar su crecimiento. Estos tratamientos generalmente son prescritos en la consulta en forma de comprimidos orales o bien mediante tratamiento intravenoso como la inmunoterapia.
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